Raquel Sanz Vázquez. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla. Premio Ciudad de Badajoz en 2017. Mujeres que inspiran 2023.

Raquel Sanz Vázquez – Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla

Raquel, a nosotras nos inspiras, ¿quieres presentarte?:

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, comienzo mi andadura profesional trabajando en la restauración de la mezquita de Córdoba en 1999.2000.

Posteriormente desarrollo mi vida laboral como administrativa funcionaria en la Universidad de Extremadura y es a partir de 2017, dónde comienzo a dedicarme más profesionalmente a las artes, consiguiendo numerosas selecciones y algunos premios en certámenes de arte, consiguiendo ese mismo año el Premio Ciudad de Badajoz.

¿A qué querías dedicarte?, ¿Por qué elegiste tu profesión?, ¿Te imaginabas desarrollando el trabajo que realizas hoy?:

Ganarse la vida con las artes sin ser docente es sumamente complicado hoy en día, por lo que mi trabajo de funcionaria me permite desarrollar con total libertad mi carrera artística.
El arte es mi pasión, es una necesidad vital con la que me expreso desde niña. Actualmente estoy inmersa en un proyecto colectivo «ARTA» en el que junto a otras dos artistas plásticas queremos educar y concienciar en igualdad.
Si mi yo de 18 años, cuando comencé mis estudios de Bellas Artes, me viese ahora estaría muy orgullosa de mí.

Háblanos de tus logros y de las dificultades que has encontrado en tu carrera profesional:

Aparte de mis selecciones que están consiguiendo que tenga un hueco en esos circuitos artísticos, actualmente tengo puesta toda mi ilusión en «ARTA» que daremos a conocernos en breve con una exposición en Badajoz.

Las dificultades sobre todo están siendo por la edad en la que comienzo a poder dedicarle tiempo al mundo del arte (42 años tenía en 2017), entre otras cosas al ser madre, lo que me tuvo un tiempo al margen de muchos ámbitos de mi vida.

¿Qué consejos y sugerencias podrías hacernos?:

Necesitamos más visibilidad, la conciliación es inexistente en la gran mayoría de los casos y tenemos, como mujeres una mayor carga mental y física que nos impiden desarrollar con igualdad nuestra profesión, el techo de cristal no nos deja desarrollarnos con total plenitud.